Un nuevo cuento de Giulio Ferretto. En sólo un párrafo trepidante, nos pone en la piel de un músico ambulante en Sunset Boulevard, un auténtico perseguidor.
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El Sunset
Boulevard siempre apesta de gente. El único problema para mí es que las
estrellas de la acera se mueven entre tanto turista. No tenía la menor
idea que se movían. Descubrí que cada
vez que empezaba a tocar mi Gibson siempre se movían. Eso lo descubrí mientras
unos coreanos me miraban. Me cambiaba de lugar de vez en cuando como para
evitar que se movieran. Aunque me gustaba ese juego me fascinaba mirarlas de otro lado. Algunos días caminaba
tan rápido de un lugar a otro para despistarlas. No había caso, siempre se
movían. Cómo pasaba eso. Estuve varios
días pensando. Toqué lentamente las notas de Blowin' in the Wind y lentamente dos estrellas de la esquina
norte comenzaron a girar. No sé si era la de Fred Astaire o la de Dean Martin.
Canté cada vez más fuerte y las otras
comenzaron a girar. La música que salía
de la Gibson Stratocaster las volvía locas. Algunos turistas comenzaron a reparar en ese extraño
suceso. Varios franceses y coreanos llamaron a la policía para decirles que
algunas estrellas de la calle se estaban moviendo. Iban y veían como locos.
No pasaba nada. Sólo ocurría con mi
Gibson. Con mi música. Intenté tocar
unas cuadras más arriba del teatro chino. El olor a hamburguesa no me dejaba
tranquilo. La parrilla del Burger King
iluminado me atrapó con ansiedad. Tenía hambre. Un turista chino
me miró. Eso fue todo lo que hizo. Tal
vez querría mi Gibson. No dejé de observar a
esos policías al frente del teatro Kodak que se reían. Gesticulaban con
los turistas y le decían que no había pasado nada. Limpié bien la escalera y me
senté junto a mis estrellas. Las miré ahora calle arriba frente al teatro. Tenía otra oportunidad. Había logrado lo imposible. Desde que desaparecí de
casa me aprendí los trucos de los guitarristas más famosos y los imitaba frente al espejo.
Tal como lo quería hacer cuando estaba en la escuela. Los muchachos y chicas se reían, porque no sacaba buenas
notas y no me preocupaba de mi aspecto físico. Aunque me hubiese gustado tener
la sonrisa de John Travolta. Sólo vivía con mi Gibson. Creo que el rock es
pedal golpe de platillo un grito de Chubby Checker let's twist again una y otra vez el bombo
Patty Smith cantando because tonight olor a cuerda chamuscada Jimmy Hendrix y
su dientes afilados los Beach boys nunca si al rock duro de los Rolling
Stones Janis jadeando y sumertime para
siempre el rock es pura fuerza una patada manos apretados y satisfation a morir
Dylan on the road y les paul hace chirrear su Gibson el rock and roll es
vida golpe de nockout y gancho de izquierda el rock nunca morirá
nunca una estrella se caerá. Al tiempo
de terminar vi la gente al revés. Supongo que estaba igual que la última vez.
Las estrellas seguían girando. Por encima de los coreanos. De los policías que me miraban, supongo yo. Sólo me miraban.
Otra vez vi la casa con el jardín verde de la all american city. No
sabía ahora dónde estaba mi Gibson. Sólo sabía una y otra vez que la luz de la habitación blanca
si se parecía a una estrella de la acera del sunset.
Giulio Ferretto 2012
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