martes, 13 de mayo de 2014

XXI Premios Miguelete de Oro (Primavera de 2014)


Durante la clausura del Programa de Estudios Hispánicos de la University of Virginia en Valencia de Primavera de 2014 entregamos los premios Miguelete de Oro de poesía y narración. Estos premios se otorgan a estudiantes del programa en las sesiones de otoño y primavera y esta es su edición número veintiuno.

¡Bang! ¡Bang!

Katherine Krudys nos propone este excelente relato sobre las emociones virtuales. Y las reales...

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¡Bang! ¡Bang! suenan las pistolas.

-Cariño, por favor baja la voz.  Casi llegamos. dice la madre.  Ella no ha dado la vuelta para decir esto.  Se ha quedado mirando hacia delante en el asiento del pasajero y reanuda hablar de cosas de adultos con el padre.



El niño pulsa el botón, pero con frustración porque sabe que el juego no es el mismo sin los fuertes sonidos de emoción. Continúa jugando.  Este es su juego favorito aun con poco volumen.  Sus amigos les gustan juegos con pájaros enfadados y con cuadrados de colores brillos, pero para Carlos un juego cuando puedes ser un soldado es el mejor de todos.

El padre aparca el coche.  El niño no se da cuenta. 

-Carlos, nos vamos ya. dice la madre.

-Pero puedo llevar la tablet?”

-Sí, sí.  Sólo vamos a estar aquí por un ratito y después vamos a comer.  Pero ven ya.

-¡Bang! ¡Bang!

Carlos apenas ha oído a su madre.  No puede preocuparse de detalles pequeños.  Ha llegado la gran batalla, para sobrevivir este nivel, hay que concentrarse.  Las balas van en todo direcciones creando un ambiente de caos total, pero para Carlos el caos de la batalla es el momento para demostrar su valor.  Pulsa el botón para escapar de los disparos de sus enemigos. 

El niño sólo sigue el sonido de los tacones de su madre contra la acera.   No se saca los ojos de la pantalla.

Entran en el edificio.  Esta vez, Carlos se da cuenta de dónde están.  El edificio siempre huele horrible como a remolachas en lata.  Como a piña en lata, como a carne en lata, como a judías verdes en lata.  Todo huele a lata.  Nada en este edificio huele fresco. 

-Espero que él esté despierto.  ¿Recuerdas la última vez que vinimos? - dice el padre con el periódico en sus manos.

Bang, Bang.  Necesita enviar más tropas al frente, piensa Carlos.  Todos los soldados a su alrededor están cubiertos de sangre, pero Carlos está determinado a vencer al enemigo para avanzar.

-Ah, aquí está.  Vamos.- dice la madre.

Carlos sigue a sus padres pero no puede levantar la cabeza.  Necesita conseguir más armas para sus tropas.  ¡Bang, Bang!



¡Paf! Él choca con una sofá. 

-¡Carlos, ven!

Se sientan. Su padres dice algunas cosas en voz muy alta, pero Carlos no escucha.  Ha llegado a un punto crucial.  Tiene que determinar si conseguir más armas vale la pena porque cuesta muchos puntos. 

¡Bang! ¡Bang!

Carlos decide que no necesita conseguir más armas.  Ya está ganando.  La madre continúa hablando fuerte y muy despacio.  El padre lee un resumen del partido de ayer.

-Carlos vamos ahora.  Da un beso a tu bisabuelo. dice la madre.

-Adiós bisabuelo.

-Adiós cariño, cuídate mucho.

Mientras saluda al bisabuelo, las tropas del enemigo han ganado fortaleza. 

-¿Cuando vais a volver? Hace mucho tiempo de tu última visita.

-Pronto abuelo, pronto.  Nos vemos. Un beso.

El sonido de los tacones va hacia la puerta, pero Carlos no puede levantar la cabeza. Está perdiendo ahora porque no podía hacer una pausa cuando le ha dado un beso a su bisabuelo.

Los padres discuten qué van a comer.

¡Bang! ¡Bang!

Salen del olor a lata.

La música triste empieza en el tablet.

-¡Mama, he perdido!,  ¡he perdido! ¡Iba a ganar!

-¡Carlos no quiero oírlo! ¡Sube!

Suben al coche y van en la dirección de la carretera.

Carlos empieza a jugar de nuevo.  Tiene que volver al primer nivel. ¡Bang! ¡Bang!

Van a comer espaguetis.

Pasan la señal que se lee “Gracias por su visita a la residencia de ancianos veteranos.”

¡Bang! ¡Bang!



La fotografía del niño procede de http://www.kiubolez.com
La imagen del videojuego procede de multiplayerblog.mtv.com
Katherine Krudys 2014

miércoles, 7 de mayo de 2014

El país no tan maravilloso


Colleen Suratt nos propone un cuento sobre un día muy especial en una institución mental. El Dr. Carroll deberá enfrentarse a un reto nunca visto...

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Había sido un día extraño en la institución mental. Docenas de pacientes nuevos habían entrado por la puerta principal para registrarse ellos mismos, algo que raramente pasa en la institución. En sus 30 años de trabajo en la clínica, el Dr. Carroll quizás se había encontrado con 4 auto-registros. Se puede imaginar su sorpresa cuando había una cola que serpentea por la puerta principal. Al Dr. Carroll generalmente le gustaba pasar 1-2 horas en la primera sesión con un paciente nuevo, pero en un esfuerzo por acelerar el proceso de registro de tantos pacientes nuevos, decidió formar una sesión espontánea de terapia de grupo. En punto de las 9:03 reunió a todos los nuevos pacientes en la sala común de la institución, y comenzó a dirigirse al grupo.
-Yo soy el Dr. Lewis Carroll, ¡y todos os he reunido juntos esta tarde para hablar de nuestros sentimientos! ¿Qué os parece?
Un silencio cayó sobre el grupo. La sala se llenó con una mezcla de personalidades, jóvenes y viejos, gordos y flacos, las mejores personas y las peores ... y ni uno solo quería ser el primero en hablar.
-Ahora todos vosotros vinisteis aquí por vuestra propia voluntad, y queremos saber si este es realmente el lugar adecuado para vosotros. ¡Así que vamos a hablar!
Un tipo corto, de edad mediana, se levantó primero. "Soy Chester y he estado sobrio durante toda mi vida." La habitación dio un saludo colectivo, diciendo "Hola, Chester," pero antes de que pudiera continuar con su introducción, fue interrumpido. Un hombre joven con el pelo de color naranja vivo se levantó y se burló, "¡Esto no es AA!" Todo el mundo se rió. Bueno, todo el mundo menos el Dr. Carroll. Dr. Carroll se levantó rápidamente y le dirigió una vista severa al hombre pelirrojo y dijo: "Nosotros no interrumpimos a nuestros miembros del grupo. Chester, por favor continúe." Y así comenzó Chester.
-Realmente no sé lo que me pasa, yo sólo no me he estado sintiendo no como yo recientemente. Bueno, ahora he vuelto a ser el mismo de antes, pero miro hacia atrás en las últimas semanas y puedo darme cuenta de que estaba muy inestable emocionalmente. A veces estaba tan feliz, y sonriendo todo el tiempo. Era como si fuera una sonrisa, y sólo una sonrisa, porque estaba sonriendo tan ampliamente. Pero entonces me sentía tan tan abajo, como si estuviera regresando de una especie de euforia. Me sentía tan azul y deprimido, me sentía como si estuviera desapareciendo. Y me despertaba en los más extraños de los lugares y no sabía cómo había llegado allí. Como he dicho, ahora me siento como yo mismo, estoy estable ahora ... pero claro que había pasado algo, y sólo puedo ver ahora, en retrospección, que no me encontraba bien.
-Gracias por compartir, Chester, -dijo el Dr. Carroll- ¿Quién quiere ser el siguiente?
Dieron la vuelta a la habitación de esa manera, cada uno compartiendo la experiencia que le provocó ir a la institución. Lo curioso fue que todo el mundo afirma que estaba mentalmente estable aquel día en la sala de terapia del grupo, pero como Chester, todos decidieron registrarse ellos mismos en la institución, ya que pueden ver, en retrospección, que su comportamiento en las semanas previas había sido muy extraño.
Había un hombre alto y de edad mayor que había alucinado varias veces, imaginando a sí mismo explotando en un millón de mariposas y flotando por el bosque.
Un par de gemelos regordetes describieron luchar, pero que habían luchado por tonterías, que según ellos nunca había pasado anteriormente. Antes, se habían llevado estupendamente (eran mejores amigos), pero más recientemente, se metían en peleas por cosas tan triviales como, por ejemplo, un préstamo de un sonajero sin preguntar. Sus personalidades tranquilas se habían vuelto temporalmente muy agresivas.
Una mujer joven que llevaba un vestido cubierto de corazones relató el comportamiento más extraño. "¡Jugué al croquet con los cuellos de mis flamencos del césped! ¿Quién hace eso? ¡Era muy impropio de mi personalidad hacer el deporte y mucho más impropio usar mis decoraciones queridas!"
El hombre pelirrojo que había sido tan grosero con Chester habló de bailar sobre las mesas mientras cantaba "Twinkle Twinkle Little Star," de organizar fiestas de té, y del robo de unos sombreros.
De hecho, se trataba de un grupo extraño, y el Dr. Carroll creía que todo el grupo debería permanecer en la institución durante unos días para monitorizarlo.
Por último, fue el turno del último paciente para contar su historia. Un tipo mayor con el pelo blanco se levantó y tímidamente tosió en el mano enguantada de blanco. "Me encontré mucho más ansioso de lo normal." Miró a un cronómetro de oro en la mano. "Y a pesar de que yo tenía mi cronómetro, ¡yo seguía perdiendo la noción del tiempo! Eso no es de mi carácter en absoluto! Le echo la culpa de mi tardanza a la chica rubia! Nunca en mi vida era tarde antes de que ella se pasó! "
-La chica rubia, dices? Recuerdo una rubia que se coló en una de mis fiestas de té, dijo el hombre pelirrojo.
-Ahora que lo pienso, recuerdo vagamente una chica rubia, también. -añadió Chester- Creo que ella me pidió por unas direcciones, pero era una de aquellas mañanas cuando me despertaba en algún lugar extraño, así que no podía ayudarla.
Dr. Carroll se quedó perplejo. Nunca había conocido a un grupo tan extraño, y el hecho de que ninguno de ellos se conocieran entre sí antes de ir a la institución mental y que todos recordaran a la chica rubia era lo más confuso. Dr. Carroll dio cuenta de que iba a pasar mucho tiempo con este grupo particular. "Bueno, pues … eso es todo por hoy, vamos a seguir con nuestra terapia de grupo mañana. Seguramente tenemos mucho trabajo que hacer. ¿Qué os parece?" Y con eso, los nuevos pacientes fueron escoltados a las habitaciones en que iban a vivir en los próximos meses.
Mientras tanto, una adolescente que se llamaba Alicia se despertó después de una noche de sueño muy sosa. Recordó vagamente un sueño de una sesión de terapia de un grupo extraño, pero no era como los sueños que había tenido antes. Ella había cumplido 16 años recientemente, y como regalo de cumpleaños, su hermana mayor le había dado un poco de marihuana para probar por la primera vez. Y durante el mes en que fumaba el marihuana, Alicia había tenido sueños locos y flipantes, de los gatos sonrientes, de las fiestas del té con las tazas que llenaban a sí mismos, y de un juicio de una tarta robada. Pero cuando la hierba se acabó, Alicia no se atrevía comprar más por el miedo de ser pillada, así que sus sueños en la noche volvieron a ser tan aburridos que casi no podía recordar una sola. En su cerebro sobrio, las personajes del mundo de sueño de Alicia eran simplemente normales.
Colleen Suratt 2014

La ilustración procede de www.alice-in-wonderland.net

Tal vez




Se dice que en el hospital, los cirujanos y las señoras de la limpieza
tienen la satisfacción laboral más alta.

Entran en el box
Hacen sus trabajos
Y se van
con la sensación
de que han creado algo nuevo.
                                                                                               
La última pila del polvo en el recogedor
Tal cual los últimos puntos.

Pero ¿qué te pasa cuando,
En vez de sonreír de felicidad
Por haber cumplido el trabajo del día,
Te sientes como si tuvieras un hueco en el alma
Tan profundo como el corte del bisturí?

¿Y qué te pasa
si no sabes
si el sonido tan, tan fuerte
sólo es la alarma
producida cuando la línea se va plana
o un acúfeno de tu propia mente, llena de desilusión.

Ya te diré
Ese hueco no te ocurriría
Si sólo te has olvidado de limpiar una mancha pequeña.

Ha de haber algo más …
Para producir una especie de hueco así.

Tal vez, quiero ser una señora de la limpieza.


Colleen Suratt 2014

Las fotografías proceden de www.ipn.mx y www.es.issworld.com

martes, 6 de mayo de 2014

La fuerza actual (y otros poemas)


I
La fuerza actual


Cuando me dices que me amas
Pantalla a texto
Texto a mi
Qué conexión tenemos
Entre mensaje
Y
Mensaje

¿Hay más?
¿Hay más entre emoticonos y textos?

Cuando me dices que me amas
Pantalla a texto
Texto a mi
Es la fuerza del Wi-Fi
lo que lo que nos sostiene.



II
La lucha entre deseos y creencias

Cuando sólo quieres que
Tus palpitaciones se vuelvan palabras
Que alguien entienda tu contradicción
La completa ironía
De enamorarte de un homosexual
Que las líneas en amor
No son claras
Son caminos cerca del mar
Caminando y caminando
Tus huellas en la arena
Constantemente desaparecidas

Sigues caminando
Esperando y esperando
Pero sabes.

Sabes la verdad.
Que siempre va a ser un amor a mitad
Un amor conformista o
Un amor verdadero

Qué complicado es el peso de
Nuestros afectos y creencias.



III
Cómo su pelo cayó




Cómo su pelo cayó en sus hombros
Ligero y tranquilo, cómo pasa agua por la naturaleza
Qué peso tiene en sus hombros tan fuertes
No parece que esté encarcelado en el mundo
Arrastrando las cadenas por su vida

Como su pelo cayó en sus hombros
Ligero y libre, cómo ella permite
La esperanza en sus pelos
Cuando su cara sonríe
Con celos en sus mejillas
Y la tristeza se siente en el punto
De su labio
Otro lado de su creciente esperanza.

Ella está llena de estas cosas
Cómo colorea la realidad
en su pelo en vez de su cara
Proyectando la vida que espera
La vida que elige, que quiere.
Cómo enfrentan sus expresiones con este golpe.

¿Qué dice su pelo que no dicen sus ojos?
¡Qué dice!

Cómo su pelo cayó en sus hombros
Cómo cayeron sus cambios. 



IV
Por qué los pobres sueñan con el sueño americano



Tranquila, tranquila, disfruta la vida.
Me dices que hay más que trabajar
No tomes mi derecho a soñar
Cuando vivas una vida
¿Qué ves en el fondo?
Veo y entiendo
Por qué los pobres
Todavía sueñan.

Mis recuerdos más bellos
Se quedan con mi pobreza
En esta vida encuentro mi fuerza.
Como podía pensar que mi vida era tan fácil
En el aire de Florida.
Florida. de la que nos fuimos para olvidar
en la que estaba en mi hogar
No había nada más que una piscina y buen tiempo
Podía salvarme aunque había un divorcio
aunque quedara mi madre sola
Pero me da igual. Teníamos a mis abuelos
Que llenan nuestras vidas con esplendor
Nos sentíamos como millonarios
Viviendo una vida falsa
En Florida donde
Los cocodrilos todavía merodean
En los lagos que parecen paraíso.

No se qué nos lleva a nuestro primer hogar
Un hogar lleno de suspiros del pasado
Tengo la nostalgia de una familia perfecta
Madre, padre, hermano, hermana,
Con mi edad todo parecía normal.
Fue la vida y esas cosas pasaban.

Pero cuidado. Cuidado con la edad.

¿Recordáis el primer momento?
El primer momento de verdadera comprensión.
¿Lo sabéis?
Abrí la puerta y ahí estaba
Mi madre sonriendo
 y no sabía por qué
Me sonríe
Mi estómago entregado a las dudas y a la vergüenza
Escondí a mi madre, aquí, toma madre.
dormía en el suelo de mi cuarto
¿Cómo explico a esos ricos?

Pensaba que sus familias están en crisis
Sólo puedan dar una silla en su compañía
Sólo pueden darles su futuro perfectamente planeado
¿Cómo explico que mi madre se dormía en su coche?
Su infierno, mi infierno.
Veo y entiendo
Por qué los pobres
Todavía sueñan.

Soy América, independiente y libre,
Lucho mi propia lucha.
Sólo puedo pensar en un sueño
No me robes mi derecho a soñar
Es mi habilidad para subir

Veo y entiendo
Por qué los pobres
Todavía sueñan.

Alex Sauer 2014