miércoles, 13 de mayo de 2015

XXIII Premios Miguelete de Oro (Primavera de 2015)

Durante la clausura del Programa de Estudios Hispánicos de la University of Virginia en Valencia de Primavera de 2015 entregamos los premios Miguelete de Oro de poesía y narración. Estos premios se otorgan a estudiantes del programa en las sesiones de otoño y primavera y esta es su edición número veintitrés.

A continuación tenéis la lista de textos premiados. Todos están publicados ya en el blog. Podéis leerlos haciendo clic en el título.

Premio de Narrativa

Primer Premio y Miguelete de Oro de Narrativa: "Las crónicas de la idiota americana", de Saeeda Quansah 



Premios de Poesía:

Primer Premio y Miguelete de Oro de Poesía: "Ahora, antes y luego", de Jasmine Pineda 








Preguntas  y  respuestas  sin  orden  en  particular  

Jasmine Pineda es la autora de este poema vanguardista: lúdico y muy sugerente. Me encanta el final.

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Las  tartas  de  mango  de  mi  madre.

¿Qué  te  dejó  esa  cicatriz  en  el  brazo?

Con  dieciséis  años.

¿Cuál  era  tu  favorita?

En  Granada,  en  el  barrio  del  Albaicín  sola.

¿Al  final,  cómo  lo  descubriste?

Sólo  cuando  pienso  en  ello.

¿Cómo  era  tu  casa  de  pequeñita?

De  canela  o  quizás  de  café.

¿Todavía  te  duele?

Fue  por  accidente.

¿Lo  prefieres  con  azúcar?

Sí,  pero  no  mucho.

¿Cuándo  fue  la  última  vez  que  lo  viste?

La  canción  “Vienna”  de  Billy  Joel.

¿Era  tu  intención?

No  lo  sé  exactamente.  



Jasmine Pineda 2015 

La imagen procede de http://www.dgcomunicacion.com/

Ahora, antes y luego


Jasmine Pineda se nos muestra consciente del paso del tiempo en uno de esos instantes densos en que el espacio parece abrirse hacia el pasado y hacia el futuro. Un excelente ganador del Premio Miguelete de Oro de Poesía del Programa de Primavera 2015

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I.  Ahora
Al  cabo  de  un  día  larguísimo,
llego  a  una  cama  deshecha.
Me  tiro  por  la  parte  izquierda  y

empujo  toda  ropa,  papeles, una  magdalena  medio  comida
al  otro  lado  de  la  cama.  
Todo  llena  la  otra  mitad,
formando  un  cuerpo,

ocupando  un  espacio  cuya  vaciedad  todavía  me  extraña.
A  pesar  de  tanto  tiempo  que  ha  pasado,
sigo  buscando  manos  que  ya  no  me  alcanzan.

II.  Antes
Besaba  a  mis  padres  antes  de  irme  a  dormir.
Una  vez  metida  en  la  cama  inmensa,
donde  cabían  todas  mis  alegrías,  mis  problemillas  y  mis  peluches,
echaba  a  contar  a  mi  querido  diario
todos  mis  secretos  y  mis  fantasías.
Cogía  mi  osito  y  dormía  así.
Soñaba  siempre  con  el  amor
(que  en  aquellos  días  llamaba  "Joey").

Imaginaba  como  me  vería  cuando  al  final  alguien  se  enamorase  de  mí.

III.  Algún  día
Dejaré  el  trabajo  sobre  la  mesa  e  iré  a  la  cama
No  sabía  antes  que  no  tenía  porqué  acostarme  con  los  errores  del  pasado
ni  preocuparme  de  lo  que  quizás  no  venga  en  el  futuro.
Entonces,  agradeceré  todos  los  días  que  habré  visto,
todas  las  personas  que  me  habrán  tocado  de  cerca.
La  noche  caerá  sobre  la  tierra,
mi  alma  finalmente  encontrará  la  tranquilidad  
Y  sobre  mis  labios,  la  palabra  "gracias"  se  formará.   

Jasmine Pineda 2015

Las crónicas de la idiota americana

Saeeda Quansah es la autora de este excelente texto sobre la incomunicación, la extranjeridad y los prejuicios. Sin duda un excelente ganador del Premio Miguelete de Oro de Narrativa del Programa de Primavera de 2015.

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No voy a decirte que tengo un acento. Ya lo sabes. Es la manera de mi lengua, de mi gente. No hay trucos o secretos en mi pronunciación, solo las palabras que yo no sé y tú piensas que ya sabes.

Aquí está el gran rollo.

Cuando me dijiste que el medico vuelve a las tres y luego de decirme, “Three, three, three.” Me acuerdo cuando yo tenía cinco años con las rodillas blancas y un vestido manchado. Mi amiga Caroline me enseñó los números en español. Uno, dos, tres. Caroline siempre me sonreía. Esto era muy valiente para ella porque Caroline tenía los dientes grandísimos en nuestra clase. Tenía el pelo negro y los rizos y éramos las mejores amigas en la manera que las criaturas forman las mejores amigas en la comida y una nueva mejor amiga después de la siesta.

Por eso, cuando me dices tonterías… Tres. Tres. Tres…  pienso en los dientes de Caroline. Pienso en la ira que siento y como quiero estropear mi odio y tu ignorancia y la división entre nosotras. Pienso en mis padres que no son de aquí ni de allí y no tienen los acentos que son aceptables en las salas de espera.

La ira entra y sale de mi cuerpo. No estoy segura de si esta emoción, esta furia, tiene el derecho de ocupar mi cuerpo más de unos minutos. No invité el dolor de la cotidianidad castellana. En mi mente, los susurros de “No pasa nada. No pasa nada,” se están acurrucando en las esquinas mentales. Deseo recordarme y olvidarme.

Mis padres se marcharon de su país y no me decían nunca sobre los cuentos de discriminación cuando inmigraron a los Estados Unidos. No me decían nada. No es la manera de mis padres. No es la manera de mi gente. Quejar y fastidiarse es un regalo para las personas que tenían el tiempo de comer sin prisa y comprar las botas nuevas cuando quieren. Para saber que tu acento es perfecto dondequiera que estás.

“No soy imbécil. Soy americana.” Siento las palabras en mi lengua. Araña y araña. No deseo saber la razón detrás de mi revelación obvia a una mujer que no sabe más de tres palabras de inglés. Three. Three. Three. Salgo de la sala de espera y espero el autobús.

Respiro.


Dejo la ira donde crezca. Corto las raíces.

Saeeda Quansah 2015

Amigo mío

En su poema coloquialista, Michael Ellis reevalúa de manera madura y ligeramente elusiva las enseñanzas verdaderamente importantes de su infancia...

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Las estructuras del parque
que yo miraba con ojos abiertos
no eran tan amables
durante los veranos abrasadores.

El círculo donde montaba
mi caballo de metal
dura poco ahora que
puedo andar por mi mismo.

Los pasamanos no me dan
el mismo miedo que cuando
me caí por la primera vez
en el suelo negro y familiar.

Los vecinos amigos han crecido
dejando las experiencias de su niñez
con ellos para empezar una nueva vida
sin las sonrisas de nuestras tonterías.

Aprendí mucho sobre la vida
por las cosas de nuestro barrio
pero no mucho en comparación
con las lecciones que me dabas.

Michael Ellis 2015

La fotografía procede de http://www.lostiempos.com/