Saeeda Quansah es la autora de este excelente texto sobre la incomunicación, la extranjeridad y los prejuicios. Sin duda un excelente ganador del Premio Miguelete de Oro de Narrativa del Programa de Primavera de 2015.
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No voy a decirte que
tengo un acento. Ya lo sabes. Es la manera de mi lengua, de mi gente. No hay
trucos o secretos en mi pronunciación, solo las palabras que yo no sé y tú
piensas que ya sabes.
Aquí está el gran rollo.
Cuando me dijiste que el
medico vuelve a las tres y luego de decirme, “Three, three, three.” Me acuerdo
cuando yo tenía cinco años con las rodillas blancas y un vestido manchado. Mi
amiga Caroline me enseñó los números en español. Uno, dos, tres. Caroline siempre me sonreía. Esto era muy valiente
para ella porque Caroline tenía los dientes grandísimos en nuestra clase. Tenía
el pelo negro y los rizos y éramos las mejores amigas en la manera que las criaturas
forman las mejores amigas en la comida y una nueva mejor amiga después de la siesta.
Por eso, cuando me dices tonterías… Tres. Tres. Tres… pienso en los dientes de Caroline. Pienso en
la ira que siento y como quiero estropear mi odio y tu ignorancia y la división
entre nosotras. Pienso en mis padres que no son de aquí ni de allí y no tienen los
acentos que son aceptables en las salas de espera.
La ira entra y sale de mi
cuerpo. No estoy segura de si esta emoción, esta furia, tiene el derecho de
ocupar mi cuerpo más de unos minutos. No invité el dolor de la cotidianidad
castellana. En mi mente, los susurros de “No pasa nada. No pasa nada,” se están
acurrucando en las esquinas mentales. Deseo recordarme y olvidarme.
Mis padres se marcharon
de su país y no me decían nunca sobre los cuentos de discriminación cuando
inmigraron a los Estados Unidos. No me decían nada. No es la manera de mis
padres. No es la manera de mi gente. Quejar y fastidiarse es un regalo
para las personas que tenían el tiempo de comer sin prisa y comprar las botas
nuevas cuando quieren. Para saber que tu acento es perfecto dondequiera que estás.
“No soy imbécil. Soy
americana.” Siento las palabras en mi lengua. Araña y araña. No deseo saber
la razón detrás de mi revelación obvia a una mujer que no sabe más de tres
palabras de inglés. Three. Three. Three. Salgo de la sala de espera y espero el autobús.
Respiro.
Dejo la ira donde crezca.
Corto las raíces.
Saeeda Quansah 2015