miércoles, 30 de abril de 2014

Morfeo





El atrapasueños cuelga por el techo
Pero no pasan sueños.


Mis siguen durante la vigilia

Esperando, vigilando, cumpliendo algo.

¿Qué estaba haciendo?
Ah, lastimándome del hado.
No, pero había propósito antes...


Ya eso se olvidó


Pero mejor no dormir, no morir


Porque eso sería la pesadilla.
Me estoy extirpando el cerebro
Por tedio

                por medio
                                  de miedo.


Seguramente si aguantaré más

Que no vengan el día nunca, jamás. 

Pero después
                                          ...por fin

Él me encuentra.

¡Diablo!
Ese maldito Morfeo me ha hallado.


Pero si él no me escondiera
En un mundo extraño, raro, que anhelo, 

¿Dónde estaría?
Buscándolo.

¿Podría encontrarlo?

No. Sé que sería una pesadilla,
un engaño terrible 
Si se me despertara.

                                     Se me despertará. 

Blake Selph 2014


martes, 29 de abril de 2014

La chica


Había una chica con grandes objetivos para su vida
Pero le importaban mucho los hombres, las drogas, y el alcohol.
Nunca sabía que podía vivir la vida hibrida,
La vida balanceada.

Siempre recriminaba al mundo por sus problemas.
En vez de estar feliz, sentía envidia extrema.
Recibió su autoestima del amor físico que a su alma resquema
Su egoísmo lo controló todo.

Horas y horas de estudiar
Horas más de fumar
Llega a casa donde sus padres prefieren gritar
Y me di cuenta…

¿Pero qué puedo hacer?
Ella no acepta el apoyo real
Ni abrazos, ni de una amiga el amor

Yo sé qué tengo que mostrar.
Mostrar el apoyo y amistad

Pero ya han pasados tres años…

Ellen Neukam 2014


El fotograma de la película Slovenska procede de mundocine.com

viernes, 11 de abril de 2014

Microrrelatos II

Estos son los microrrelatos que, inspirándose en Augusto Monterroso, han escrito mis estudiantes de Survey of Latin American Literature II en esta primavera de 2014

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1 (Blake Selph)
Cada día que desperté, logré más morirme.

2 (Carol Balshaw)

“¿De verdad no has aprendido nada de la última vez?”, le pregunté mientras pagaba el anillo de diamantes.

3 (Jesús Peris Llorca)
Te lo advertí.
No le des de comer después de medianoche.


4 (Mary Kate Lecos)
Ella se sienta con lágrimas en los ojos, esperando.

5 (Colleen Suratt)
Él no era negro, pero su piel lo era, sin duda.

6 (Omar Campos)
El sol
Cuando amaneció, el sol brillaba como ayer.

7 (Alison Deasy)
El aire estaba lleno de humo y fuego, estaba lleno de expectación. Habían comenzado las Fallas.

8 (Maria Yoveva)
Ayer fue el último día de su vida real

9 (Ellen Neukam)
Los que quieren menos tienen más.

10 (Alex Sauer)
Rollo de una noche.
-¿Dónde está Julio. -Mi compañero de cuarto me pregunta. -Los cabrones no se quedan para desayunar.

11 (Grace Gable)
El hombre ciego y sordo despertó de repente, gritando “He hablado con Dios y Él nos ha abandonado”.

12 (Katilin LaGrasta)
 En España guardé mis objetos de valor, pero me perdí.

13 (Alexa Vogt)
Aunque toma fotos nuevas, a los leones todavía no le gustan.

14 (Selase Torkornoo)
El habitante nuevo.
Tan pronto como se encuentra el bebé fuera de la matriz, grita, sin acertar a entender la gran cosa del horror.


miércoles, 9 de abril de 2014

Patas de pollo

En este cuento de Carol Balshaw, inspirado por el realismo mágico, los problemas de acoso escolar que tiene la protagonista acabarán de modo sorprendente. Un hermoso final para un cuento inquietante.

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Carmen no podía dormir.  Cada vez que cerraba los ojos veía la misma escena: una muchedumbre de niños riendo y burlando de ella mientras la profesora la castiga por no saber los divisores de 100, el orden de los planetas y los nombres de los pájaros de la selva.  Cuando finalmente vino el amanecer, se quedó en la cama aferrándose a la sábana. 

- Madre, por favor no me hagas ir... ¡No quiero! ¡Si me haces, te prometo que nunca me verás más!

-Tranquilízate, hija.  Es tu primer día de escuela, tienes que ir.  Además, no te gustaría hacer algunos nuevos amigos?”

La verdad era que Carmen no tenía ningún amigo.  Era una chica quieta, a quien le gustaba estar sola, mirar a las nubes y desenterrar gusanos.  Se encontraba con sus mejores amigos en el jardín trasero.  Además, los otros niños no parecían gustarle mucho tampoco.  Siempre estaban burlándose por su apariencia- la nariz grande, los extremidades delgadísimas y la voz alta y chillona. 

Sin embargo, después de mucha coerción por su madre y una amenaza para quitar su jarra de gusanos, Carmen comenzó la caminata temida a la escuela.  Había caminado dos cuadras cuando vio un grupo de niñas de su clase.  Pensando en las palabras de aliento que había ofrecido su madre, recogió el valor suficiente para correr hasta ellas y darlas saludos.  Sin embargo, al ver Carmen las chicas mezquinas comenzaron a reírse disimuladamente y señalar a la falda. 

-¡Mira qué flaca eres.

-¡Y con los pies tan larguísimos!

-Tienes las piernas como unos mondadientes.  ¡Márchate, patas de pollo!

Carmen contestó con dudas: “Pues, no soy tan delgada…” pero a ver las caras burlonas, se puso desconcertada.  Cruzó la calle y corrió tres cuadras más hasta que no pudiera ver las chicas.  Sin aliento miró a las piernas para descubrir que habían cambiado.  Ahora sí eran tan flacas y de una textura escamosa.  También sus pies habían crecido a través de los zapatos hasta que los dedos del pie estaban visibles, pero ahora eran bastante grandes y puntiagudos.  Alarmada, Carmen corrió el resto del camino hasta la escuela. 

Avergonzada por las piernas deformadas, ella se sentó en el fondo de la clase, pero cuando vino la hora de recreo, la profesora no le permitía quedarse.  Caminaba lentamente por el patio donde jugaban los otros niños y se aseguró de quedarse hasta la pared para que no atrajera mucha atención.  Sin embargo, una pelota salió volando de la nada bruscamente y la golpeó en plena cara.  Con ojos mojados, Carmen vio los otros chicos riendo y señalando otra vez.  Rápidamente se dio la vuelta y corrió hasta el baño dentro de la escuela.  Mirando por el espejo, Carmen intentó de curar la nariz por frotándola, pero poco a poco creció en tamaño y empezó a ponerse amarilla.  Confundida, ella salió del baño para pedir a la profesora una bolsa de hielo.

A abrir la puerta de la clase Carmen descubrió que el recreo había terminado y todas sus compañeros estaban sentadas en la clase. 

-Perfecto. -dijo la profesora a. verla entrar.- Carmen, ¿puedes mostrarnos por la pizarra qué es 50 menos 12?

Porque ella sabía la respuesta, marchó hacia el frente de la clase con confianza.  Escribió el número y se dio la vuelta hasta la profesora, pero descubrió la cara confundida.  Además, unos compañeros en la clase habían comenzado a reír en voz baja.  Sospechosa, Carmen miró a la respuesta en la pizarra otra vez y dejó escapar un jadeo.  Había escrito 62 en vez de 38, e intentó corregirse inmediatamente.  Sin embargo, cuando trató de coger la tiza, la dejó caer.  Y cuando trató de cogerla de nuevo, se cayó al suelo.  En ese punto toda la clase estaba llena de risa.  Ahora frustrada, Carmen alcanzó a la goma de borrar pero vio que su mano había desaparecido.  En vez de dedos, tenía cinco plumas blancas y delgadas.  A examinar el brazo, descubrió que las plumas extendieron hasta el codo.  Aterrorizada, ella huyó de la sala.  Corrió por los pasillos y de repente estaba en la calle.  Con las risas resonando en sus oídos ella siguió corriendo.  En un momento ella trató de mirar por encima del hombro a la escuela, pero no estaba allí.  Miró al suelo, pero tampoco no estaba.  Miró adelante, y con la primera sonrisa del día se lanzó adelante con los brazos y voló hasta el horizonte. 

Carol Balshaw 2014

  

martes, 8 de abril de 2014

De cómo el mundo ganó su destino

Hoy os presento un relato de Alex Sauer, estudiante de mi clase de Survey of Latin American Literature II inspirado por el realismo mágico... Sobre ese momento en que el ser humano consiguió que su historia no estuviera escrita. Alex nos invita a romper el guión.

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Tic tac tic tac, el reloj. Me molesta este repetitivo sonido. Tic tac tic tac. Madre mía. ¿Qué hora es? Joder. Quince minutos tarde. Típico. Típico Señora Destina. Claro que a ella le gusta esperar. No tengo tiempo. Pues, no tengo tiempo para ella específicamente. Ha visto las cosas que ella ha hecho.  Finalmente oigo mi nombre.



Señora Destina. Ella se sienta en su gran escritorio de madera.  Su pelo se arregla  en un rodete ajustado. Su traje es planchado perfectamente. Archivos y archivos rodean la oficina. Una carpeta vacía está abierta.

-Ha estado evitándome- - ella me dijo sin mirarme. Tecleando y tecleando.

-Pues señora. Será mentira. No puedo evitarte. -respondo indiferente.

Ella levanta sus ojos penetrantes a mí.  “Tenemos que planear. Hoy. Tu carpeta está vacía. Completamente vacía.”

Ella está enojada y solo puedo reírme.  “Mi destino está en tus manos, Señora Destina. Si quieres que mi carpeta tenga algo, pues es tu decisión. Lo sabes todo, ¿no?”
Ella continua tecleando y tecleando más rápido. Pienso que finalmente ella está escribiendo mi destino. No me importa mucho. No sería la primera vez. Lo último vez Señora Destina he pensado que era lista.

Déjame decirte lo que pasó. Ella había conocido que tenía una cita después de la mía. Una cita con un hombre especial, el hombre más famoso de nuestra ciudad. Es guapísimo, alto, encantador, perfecto. La verdad es que he conocido este chico desde la niñez. Era evidente, aun en ese momento, él sería famoso. Mis padres me dijeron que Señora Destina vino a su casa el día de su nacimiento. La primera vez en años que la gente la vio afuera de su oficina. Ella nunca dejaba su oficina. Nunca. 

¡Qué listo! Sería un buen cuento para ella, para ayudar a su reputación sucia en este mundo. ¡Nuestra celebridad se casa con su amor juvenil! Las noticias serían buenísimas. Nuestra diosa, Señora Destina, se sonreiría en una foto y ella escribiría algo fantástico para engañar a la gente a quien creerían todo. Me iba cuando ella le llamó a él para entrar. ¡Qué coincidencia! Chocamos. Sabía que no era coincidencia y me di la vuelta hacia ella y solo le dije,  “Tu tendrás que trabajar más duro que eso.”

Ella me interrumpe mis pensamientos con su actitud omnisciente. “Aquí está. Esto será perfecto.” Ella se sonríe, contenta consigo misma.

-Me advirtió que será un mal cuento. ¿Vas a matarme en un gran accidente? Pero no es tan simple, ¿no? Vas a incluir a él. Yo sé. Te entiendo. Pues Señora, dame un cuento más interesante que esto.

Rápidamente ella se enfada.

-¿Cómo se sabe todo? Esto es mi trabajo. ¡Y tú! Cada vez trato de darte un buen futuro. Un buen destino. Si nunca se hubiera perdido tu carpeta, esto nunca habría sucedido. Habrías tenido el mismo destino de tu familia intolerable.-

-Espera. ¿Has dicho que perdiste mi destino?

-Señora Destina paró. Su cara todavía es rubor con enfado, pero rápidamente cambia a una cara avergonzada.

-Dígame cuándo. ¡Dígame! -No debo tan enfadarme, pero estoy. Estoy enfadada.

-Cuando me iba para bendecir a su amigo, regresé a mi oficina. Alguien me robó algunos papeles. Pues no algunos, sino solo los tuyos. Todo tu destino, desaparecido. Todavía no sé quien me robó. Pues ahora, tengo una problema grande. Tengo una chica rebelde que no tiene un destino. Es ridículo. Solo fue a este casa para bendecir el nuevo jefe de destinos. Voy a morir. Necesito un sucesor. No sé por qué estoy diciendo a ti esto. Estoy cansada. Cansada de ti. Hablas con mi secretario por una nueva cita. No tengo tiempo para discutir contigo hoy.

-Claro. Hasta luego, -dije y me fui antes de que ella cambia su decisión. Ella me dijo su gran secreto. Se le escapó. Entiendo que ahora, alguien en el pasado tenía un plan grande. Pues eludir mi destino era mi destino. ¡Qué ironía!

Entré en mi casa y mi hermanito está estudiando como siempre. Señora Destina le daba a él un destino horrible donde él no tendría éxito a pesar de su espíritu trabajador.

-Haz tu maleta. Nos vamos.

Mi madre se pone su mano en su hombre y él se va a su cuarto.

-Sabía que tú eres lista. Tu padre tenía sus dudas, pero hoy es el día.

-Claro. Mama, fuiste tú, ¿no?

-Vi una oportunidad y lo cogí.

-Gracias mama.  -la besé y me fui a los vecinos.
Estoy esperando más nerviosa que nunca. Cómo explico que él tiene que irse. Además irse conmigo. Él abre la puerta sonriendo.

-¿Vas a quejarte a mi sobre tu cita hoy o tienes un destino finalmente?

-No te burles tío.

-¿Qué pasó?

-¿Sabes tu destino?

-Claro que sí. Lo sé desde mi niñez como toda la gente en nuestra ciudad. Pues, excepto tú. Señora Destina, a ella te molesta mucho.

Él  se ríe.

Señor Destino, tiene un bello sonido, ¿no?

¿Cómo sabes esto?

-No te importa. ¿Quieres este vida? Escribiendo y escribiendo los destinos de toda la gente.

-Pues, no. Pero es mi destino. Destino es destino. No puedo cambiarlo.

-Tu puedes.

-No puedo.
-Explícame como no tengo un destino pero sigo viviendo una vida.

-Pero tu tienes un destino. Solo es perdido.

-Mi destino es un cuento en un papel que una mujer ha escrito. Un cuento que se volvería mi vida si lo tengo. Ella robó nuestras decisiones. Elijo todo en mi vida hasta ahora, no ella.

-¿Tu quieres ayudarme?”

-¿Ayudarte con los destinos? No has entendido nada.

-No. Entiendo. Evitemos el destino esta noche.

Alex Sauer 2014