______________________________
NO CREO QUE ESTO FUE LO QUE QUISO DECIR PAT BENATAR
CUANDO DIJO QUE EL AMOR ES UN CAMPO DE BATALLA
A ver, a ver,
a ver. Voy googleando… ‘citas online… tribu shuar ecuador’.
“¡BIENVENIDOS a AyúdameCupido.com! ¡Encontrar a esa
personal especial en tu vida nunca ha sido tan fácil! Con decenas de miles de
mujeres y hombres solteros ya registrados, estamos seguros de que encontrarás a
alguien para ti. ¡PRESÉNTATE YA!”
Vale.
Se busca
hombre o mujer—yo no soy exigente, eh—mayor de veinte y pico años de edad.
Le debe gustar las cabezas
reducidas y esas estatuillas hechas de palma de chonta que son utilizadas para
los sacrificios humanos. Si tiene su propia cabeza encogida, un punto a favor.
Preferido los prisioneros de guerra aunque esto no es obligatorio. ¿Campesinos?
Aceptables, como aperitivos. ¿Doncellas? Venid conmigo, nenas. ¿Reyes guerreros
o rivales hasta literalmente la muerte? Lo ideal. No estoy opuesta a una cena
vegetariana de maíz y yuca, pero si los dos estamos de buen humor, siempre se
me antoja una pierna o un brazo de bebé recién nacido en el asador. Cuanto más
joven esos rollos de grasa, sazonados con las lágrimas de su madre doliente,
mejor. Vamos, vamos al templo—rodarán las cabezas. Nos vemos cerca de la cuenca
de Pastaza cuando el sol se ponga. Seré la chica guiñando con el cuchillo de
cobre.
Espero que
alguien conteste pronto.
VALERIA Y DOLLY ‘PARDON ME’
ESCUCHAN LAS SINFONÍAS FANTASMALES
En una tarde otoñal, en un domingo
no tan lleno de promesas ni obligaciones ni quejas, decidió Valeria Vargas
visitar el cementerio de la Universidad de Virginia. Fue con su amigo a quien
llamaban Dolly ‘Pardon Me’—era ejecutante travesti del suroeste del estado, lo
que significaba que era un espécimen de humano aparentemente erróneo pero
sagrado.
Valeria lo
consideró un honor ser su amiga.
Entraron y vieron que había una
parte considerable de terreno en el cementerio dedicado a los generales
confederados de la Guerra Civil del siglo XIX. Había una placa a la entrada del
lote que dijo: “El Destino les negó la Victoria pero los vistió en una gloriosa
Inmortalidad.” Valeria pensó en la sensación de escalofríos, se imaginó su piel
hecha como gallina, pero ninguna de estas dos se realizaron. Si ella se
estremeció, era porque tenía frío, aunque sí, la placa le puso de mal humor.
“No encuentro
nada sobre los unionistas,” dijo Dolly.
Mientras los dos estudiantes—uno
gay, pobre y gringo, y la otra mujer, pobre y latina, los dos afortunados de
ser del siglo XXI—pasaron por cada piedra sepulcral, la colina boscosa por
donde viven sirvió como una tumba sin nombre de los cientos de esclavos que
construyeron los edificios de la Universidad bajo el mando de Jefferson en el
año 1819. Todos los días, los chicos de pregrado pasan por un puente bajo el
cual están enterrados unos cadáveres que pertenecieron en algún tiempo a
personas como tu y yo.
La
administración de la amada U.Va. parece no darse cuenta.
Oh, y también es un delito
grave—¡un crimen!—en nuestra gran Mancomunidad visitar un cementerio de noche,
pero aún siguen tocando esas sinfonías fantasmales que suelen ser escuchadas
por los vivos curiosos.
“Mira,” notó
Valeria, “esta piedra dice, ‘Aquí descansa una mujer más hermosa.’”
Maridos respetuosos, esposas
fieles, profesores renombrados de la medicina, el latín, la filosofía, las
matemáticas. Versos cristianos, fantasmas que entran en el cuerpo, que te dan
la mano, que juegan con un trompo. Un padre junto a un hijo junto a su hija.
Placas para niños y mascotas. Un ramo de flores frescas para una caja de madera
de 150 años de edad.
Algunas lápidas mostraron símbolos
masónicos, otras la marca de sociedades clandestinas cuyos miembros no se
revelan hasta que están muertos. Después de que Valeria y Dolly encontraron la
humilde parcela del primer presidente de la Universidad, sintieron que el suelo
era suave, y sus zapatos empezaron a hundirse en la tierra. Alguien había sido
enterrado en agosto.
Sylvia Simioni 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario