A veces la inspiración tiene le forma de una mosca. O al menos eso es lo que nos cuenta Theresa Benesh en su relato fantástico.
__________________________
Cada día sentada en el mismo lugar, cada día
con el portátil abierto y ejecutando los mismos programas, y cada día
escribiendo y borrando la primera oración de estos ensayos. Con esta cara así
de tanta confusión, la vida de esta chica sentada en la cafetería debería ser
una de la búsqueda constante de alguna inspiración. La falta de la creatividad
es una de las cosas más tristes del mundo. Ay, cómo ella me recordaba tanto a mi hija que había muerto hace dos
años. Qué bonita era ella y su vida- tan feliz
y siempre con una sonrisa en la cara.
La chica se acercó
al mostrador y dijo lo mismo de todos estos días de
ensayos, <<un café bombón, por favor,>> y regresó a su silla para
esperarle. Mirando a todos los lados, procuraba algo; alguna historia de la
vida que podría servir como una idea. De ser y vivir no hay una historia o
origen concreto, tampoco un verdadero termino. Como podría ser tan difícil
terminar un ensayo para el que es solo necesario la creatividad que está justo
alrededor de ella en todos los momentos.
Terminé de preparar su café bombón y traerla
a la mesa. Ahí en cima de la planta en la mesa estaba la mosca. Me preguntó si
era la misma del otro día; pues, tal vez. Justo en este momento la mosca empezó
a volar por toda la cafetería aterrizando en todos los sitios. Miré esta chica
con sus ojos tan cansados y listos para cerrar que no daba cuenta a la vida
lindísima y extensiva que estaba por todo lado. Ay, como ella me recordaba
tanto a mi hija.
Regresé detrás del mostrador para preparar el
café de la pareja que acababa de entrar. No podría parar de pensar en esta
chica; cuantos días ella pasaba en esta silla, cuántas
oraciones había borrado, y cuanto tiempo pasaba mirando de un objeto al próximo
durante escuchar su música. Vi, como en cada otro ensayo, que solamente tuvo su
nombre (que nombre bonito), el nombre del profesor, y la fecha. Curioso como ella nunca podría utilizar toda
la inspiración que la vida puede ofrecer. Ay, como ella me recordaba tanto a mi hija.
Miré otra vez a la chica en el rincón; ahora
con sus ojos cerrados y durmiendo tranquilamente. Me preguntó como podría
terminar con todos estos ensayos durante su tiempo durmiendo. Luego pasó la
mosca, volando por todos los sitios que a la chica le faltaban ver. Se posó un rato en la flor, un rato en
la jaula que colgaba del techo, un rato en mi delantal, y un buen rato en el
portátil abierto de la chica. Ay, como ella me recordaba a
mi hija - con sus ojos cerrado por la falta de la creatividad necesaria para
vivir una vida plena.
Se despertó la chica, y como cada otra vez
después de tener estos ensayos, tuvo una cara de tanta sorpresa, pero al final
cerró el portátil, tan feliz y con una sonrisa en la cara. Ay como ella me
recodaba a mi hija. Luego se
acercó al mostrador para pagar y preguntó si alguien, de alguna manera, había
metido en su portátil cuando ella quedó dormida, que sus ensayos siempre
quedaban escritos cuando se despertaba. Confundida, yo respondí <<Pues,
no. La única cosa que te acercó fue una mosca.>>
Theresa Benesh 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario