Un buen consejo cuando alguien te ataca es siempre no acusar la ofensa. Eso es lo que hace literalmente la protagonista de este relato fantástico de Laura Schaffner...
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El tiempo empezaba a
cambiar del frío a aún más frío. Habían predicciones de muchas tormentas, más
de las usuales, en el otoño. Esto es cuando todo empezó a cambiar entre Isabel
y Alfonso. Habían estado casados seis meses. A pesar de que se llevaron muy
bien antes del matrimonio, Alfonso empezó a experimentar un cambio. Después de
la boda, Alfonso empezaba a cambiar a un hombre celoso. Cuando Isabel salía con
sus amigas, él pensaba que estaba con otro hombre. No tenía razón para creer
estas cosas malas de Isabel porque ella estaba enamorada de Alfonso. Se temía una
conjura de su mujer y como resulto, las intenciones de Alfonso empezaron a
cambiar.
Isabel se arregló en
su baño para celebrar un banquete. Cuando le preguntó a su marido si quiere
salir, se negó en una voz insensible, “Las fiestas no me van mucho.” Isabel no
entendió por qué nunca quería salir con ella. Ella pensó, “Le importa un rábano
pasar tiempo conmigo o mis parientes o mis amigos! ¿verdad?” Alfonso contestó,
“Yo sé lo que haces todas las noches cuando dices que vas a salir con sus
amigas o hermanas. Estás con otro hombre! Ya lo sé! ¡Voy a decirle cuarto
cosas!” Isabel no sabía como reaccionar. Ella pensó a si mismo, “¿Cómo puede creer
estas cosas? Es una locura.” Entonces, respondió a su marido, “ ¡Eso me toca
las narices, Alfonso! ¿Y qué más vas a creer? ¡Esta vez te has pasado!” Hubo un
momento de silencio entre los dos, pero con mucha tensión. No se dijero nada el
uno al otro el resto de la noche.
El próximo día,
Alfonso pareció diferente. Cuando Isabel se despertó, Alfonso le preparó el
desayuno. Isabel se sintió un poquito rara. Era obvio que algo había cambiado dentro
de Alfonso. Ella se dio cuenta de que el desayuno solamente era para una
persona. “Por qué no comes conmigo?” preguntó en una voz curiosa. Alfonso dijo
que ya había comido. Aunque Isabel sabía que Alfonso estaba sospechoso, comió
la comida sin temor. La comida tenía un sabor diferente. Inmediatamente, se dio
cuenta de que Alfonso ha puesto algo dentro de la comida, pero todavía no le
infundió miedo. Después de una hora, Alfonso no pudo comprender por qué Isabel
no había muerto. En vez de seo, Alfonso se encontró mal. Dice, “Ay, Isabel,
estoy hecho. Estoy más cansado que un burro.” Isabel sonrió, “Debes descansar
un poquito en la cama.” Alfonso fue a la cama se preguntó, “¿Porque nada pasó a
Isabel? Necesito usar un veneno más fuerte la próxima vez.” Durante la noche,
él puso mucho veneno dentro del agua que estaba en la mesilla de Isabel. Tenía la
esperanza que Isabel moriría antes de la mañana. No era posible sobrevivir la
cantidad de veneno que puso dentro del agua. La próxima mañana, se despertó
sola con un cuerpo pálido y frío a su lado. Se levantó como estaba un día
normal. Isabel sonreía a si misma en el espejo y dijo, “Quien siembra vientos
recoge tempestades.”
Nadie pudo comprender
lo que pasó a Alfonso durante esta noche porque la investigación de lamuerte
no mostró nada. La única persona que sabía era Isabel. La verdad es: cuando alguien intenta a hacer
daño a Isabel, no puede. Ella tiene la habilidad de liberar sus sentidos y
desviar el daño hacia la persona que la pretendía dañar a ella. Alfonso se
infligió a sí mismo muerte.
Laura Schaffner
La imagen de la trayectoria del boomerang procede de http://hyperphysics.phy-astr.gsu.edu/
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