martes, 4 de diciembre de 2012

La hora del pueblo. (A un poeta del pasado)


“Yo sé que sentirás mi voz llegarte,
No de la letra vieja, mas del fondo
Vivo en tu entraña”
Luis Cernuda: “A un poeta futuro”.

Teníais el recuerdo de que hubo un mes de abril.
Retuvisteis en los puños un poco de su luz.
La escondisteis de los guardianes del otoño.
Tuvisteis nostalgia de futuro, la guardasteis.
Apretabais los puños adentro del bolsillo
Pero con fuerza.

Y cuando hubo que decir palabras, las dijisteis.
Alzasteis la voz, levantasteis la mirada,
Y aunque de los confesionarios seguía saliendo niebla,
Aunque las botas militares eran tambores en las madrugadas,
Aunque el calendario estaba hecho de cuaresmas y misas de precepto,
Conservasteis el recuerdo de que hubo un mes de abril,
De que hubo primavera. De que el futuro era una conjugación
Que podía llegar a soñarse,
a vivirse incluso.

Para nosotros lo guardasteis. Plegasteis con cuidado,
Con la ternura con que las ancianas de los pueblos
Doblaban los manteles, perfumándolos, protegiéndolos
De la polilla y el tiempo, banderas con tres colores,
Banderas antiguas que dijeron futuros,
Viejas banderas hermosas que declararon llegada
La hora del pueblo.

Y nosotros, mucho tiempo después,
Cuando a nuestro alrededor se proclamaba
Que en realidad todo era una broma y que el presente
Era un lugar habitable y un paraíso posible,
La cancelación del tiempo, y el final de todos los relatos,
Y unos títulos de crédito de los que estábamos excluidos
Desfilaban arrogantes por la pantalla
-esperábamos horas y horas, con paciencia,
leyendo créditos de esa película que hicieron sin nosotros
y no salían nuestros nombres
pero tampoco salían los vuestros-
mucho tiempo después, os leímos,
Rescatamos vuestras palabras y los destellos
De aquel viejo mes de abril perdido para siempre.

Y nos hablasteis. Nos hablabais a nosotros.
A todos y a cada uno. Nos hablabais al oído.
A un poeta futuro, le escribió Luis Cernuda.
Nos contabais como un secreto que los sueños eran otros.
Que no era para conseguir hipotecas
A cuarenta años por lo que lucharon.
Y nosotros, os creímos. Y nosotros supimos que esa voz
Era precisamente a nosotros a quien se dirigía.
Que más allá del tiempo y las derrotas y los pactos
Era a nosotros a quien vuestra voz se dirigía.

Ahora, cuando el presente ya no es un paraíso
Para nadie. Ni siquiera las luces ilusorias lo proclaman.
Ahora que el final de todos los relatos
Ha resultado ser el mismo relato de siempre
Con un rey y con señores, y con criados
Y vasallos sirviéndoles la mesa y besándoles la mano
Después de recoger concienzudamente las migajas,
Ahora que los títulos de crédito nos incluyen como extras
Pero nosotros no queremos porque sabemos que esa
No es la historia que queremos, la historia que vosotros
Quisisteis construir. Ahora, releemos las palabras que nos disteis,
Con ellas vivas en la entraña proponemos otras nuevas,
Y con ternura inmensa, con el mismo cariño con el que fueron plegadas,
Comprobando que ni las polillas ni el tiempo han podido con ellas,
Desplegamos vuestras hermosas banderas y declaramos
Que ahora sí, que no puede ser de otra manera,
Que va a llegar, por justicia, y por supervivencia,
La hora del pueblo.
Jesús Peris Llorca 2012

2 comentarios:

  1. ¡Es absolutamente un canto a la dignidad y al futuro que todos merecemos y necesitamos! Genial compañero.

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