jueves, 23 de julio de 2015

Oda al aire acondicionado

Este es el poema que escribió mi estudiante Austin Schinlever, del programa de la University of Virginia en Valencia, cuando le pedí que escribiera un poema inspirado en el futurismo... ¡Es que hace mucho calor este julio!

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A la medianoche me despierto,
ahogándome en sudor.
Intento dar la vuelta a la almohada,
para poder escapar de lo mojado.
Pero aún no se ha secado.
Con cada toque de la sábana me muero del calor.
No hay salida.
¡Cómo te extraño! Mi salvación.
El regalo de los dioses
con que se pudo civilizar este infierno.
Pero qué tortura es la vida sin ti.
Abrir las ventanas es
abrir el horno del exterior
y dejar entrar su calor.
Los vientos del verano
ofrecen muy poco alivio,
mucho menos que tú.
Sólo sirven para llevarme las moscas
y los olores feos de la ciudad.
¿Por qué no te agradecía?
¿Por qué me has dejado?
Te prometo, mi maravilla moderna,
que si vuelves a mí,
te cuidaré y nunca te olvidaré.
Te arreglaré—te lo juro—
y otra vez me darás la salvación.
Cómo deseo el aire ártico
que me dabas siempre.
Y cómo deseo la necesidad de
envolverme en las sábanas para escapar de él.



Austin Schinlever 2015

Las fotos proceden de www.cm-ausiasmarch.com y www.lavanguardia.com respectivamente

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