La estudiante de Survey of Latin American Literature II Amanda Cole hace un homenaje a Horacio Quiroga reescribiendo uno de sus cuentos más famosos...
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¡Rojo, rojo, rojo…! Me gusta ver
el rojo. Todas las cosas rojas. La luz en el cielo es mejor cuando está roja. Empieza
azul y después está roja. ¡Y es tan brillante! Cuando veo esta luz, siento
algo. No sé lo que es, pero es algo. Es como me siento cuando veo la comida. Prefiero
más que nada sentir cosas como la luz o los ruidos o el sabor de la comida. Cada
día, me siento en el banco para ver la luz, y espero por todo el día para ver
la luz roja y brillante. Los otros tres que se parecen a mi están a mi lado. Pero,
cuando estamos sentados, no les miro. Solo tengo la misma mirada hacia
la luz. Y cuando veo la luz, mi mirada
cambia. Mis ojos instintivamente están más abiertos y mis labios se abren y hago
ruidos espontáneos e innatos. A veces gritamos como los animales grandes porque
me gusta oír los ruidos altos. No sé como hacer ruidos diferentes como los
padres pueden hacer.
Ellos son mis padres o es el
ruido que ellos repiten mucho, pero no sé lo que significa un “padre”. Son cosas
o animales o personas más grandes que yo. Ellos me daban de comer, pero ahora
no los veo mucho. Solo los oigo cuando quiero oír los ruidos altos. Los padres
gritan entre ellos, pero dejan de hacerlo cuando otra cosa pequeña hace un
ruido extraño, con el agua en los ojos. Ellos pasan mucho tiempo con la
pequeña.
Por eso para hacer las cosas que
me gustan, puedo ver el rojo en el cielo, oír los ruidos de los padres y comer
las cosas que alguien me da. Esta cosa o persona o animal (no sé) pone la
comida en mi boca. También, ella pone mucha agua y jabón en mi cuerpo. Odio
esto. Es una sensación muy mala pero todavía grita cuando me pone agua como
cuando ver el sol o quiere ser un animal.
Pero, hay otras maneras de ver
el rojo. ¡Más que esperar el cielo! Yo vi una vez la grande que me da comida y
el agua horrible creando el rojo. Pienso que yo puedo hacerlo, también, y los
otros como yo pueden ayudarme. ¡Qué bueno ver este color sin esperar el cielo! Entiendo
algo ahora. Ella lo hizo así. Ella cogió una cosa pequeña por el patio.
Después, la llevó a la casa y usó algo gris y afilado para separarla en dos
partes. La cosa pequeña hacen ruidos un poco extraños, pero después, yo vi el
rojo. El rojo fluye desde las dos partes de la cosa. ¡Rojo, rojo, rojo!
Cuando pueda, yo voy a hacerlo. Quiero
ver y sentir el rojo.
Pues ahora estoy esperando la
luz en el cielo otra vez. Encuentro otra cosa pequeña, pero con el pelo
diferente y dos brazos. Está encima del cerco que veo cuando espero el sol.
Entonces, las otras y yo la cogemos para crear el rojo.
Grito para recordarles como la
otra lo hizo. Mientras los demás la agarra, ella está gritando mucho. ¿Dónde
está la cosa gris…? Estoy buscando en toda la cocina. ¡Aquí! Ahora la tengo.
Como vi la manera en que la otra
lo hizo, separo a la pequeña en dos partes. ¡Y el color…tan brillante como he
imaginado! Pero, hay algo conocido aquí. ¡Ay! Esta cosa pequeña es la misma cosa
que a los padres le gustan ver cuando ella grita y hace agua. Sabía que
reconocía este ruido. Ahora, ellos pueden verle en rojo. ¡Qué guay! Aunque ha
dejado de gritar, la cosa es mucho más brillante ahora.
Los padres entran para ver esta
cosa tan luminosa. Pero uno de ellos crea el agua con los ojos. Al mismo tiempo,
está haciendo ruidos extraños que suenan como “Bertita!” y “mi hija, mi hija”.
No entiendo estos ruidos. Pero, puedo sentir el rojo ahora porque todo el piso
está cubierto de rojo, como cuando veo el sol.
Amanda Cole 2015
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